Los 8 Platos Coreanos que se Volvieron Virales Gracias a Escenas Icónicas de K‑dramas

Written by peregrinacoreana.com

14/07/2025

La semana pasada participé en un concurso de cocina coreana en Chile. El reto era “chilenizar” un plato tradicional y, aunque no ganamos (éramos dos en el equipo), fue una experiencia inolvidable. Mientras pasaba la ansiedad de la espera por los resultados, me acerqué a un stand que ofrecía tteokbokki como parte de una muestra cultural —creo que venía de la embajada— y probé uno que me sorprendió: picante, dulce, profundo… y sin ese sabor a tabasco que suele sacarme de onda.

Escena de la serie «Si la vida te da mandarinas», donde IU y Park Hae-joon (su padre en la ficción) comparten una cena en su bote en altamar. Serie coreana de 2025. Producción de GTist y Studio Dragon para Netflix.

Fue la primera vez que entendí por qué este plato es tan querido en los dramas. Porque si algo saben hacer bien los K-dramas, además de rompernos el corazón con historias inolvidables, es despertar el apetito.

Aquí van 8 platos coreanos que se volvieron virales gracias a escenas icónicas de K-dramas, no solo por cómo se ven, sino por lo que nos hacen sentir: consuelo, antojo, nostalgia… y a veces, unas ganas locas de buscar la receta a medianoche.

Tteokbokki: De antojo callejero a icono cultural

Imagen de Hwang In-yeop y Moon Ga-young compartiendo tteokbokki en un restaurante típico coreano. Escena de la serie coreana *«True Beauty», 2020. Producción de Studio Dragon y Bon Factory para tvN.

Aunque lo había visto mil veces en pantalla —en esos puestos con toldos rojos tan característicos, donde los personajes comparten confidencias entre vapores y luces de neón—, no fue hasta el concurso de cocina coreana que entendí el vicio.

Este snack hecho con cilindros de arroz y salsa roja picante nació en los pojangmacha, puestos callejeros coreanos famosos por su clientela fiel: oficinistas tras el trabajo, adolescentes después de clases, grupos que carretean hasta tarde. Aunque sus orígenes están en la corte real como un plato sin picante preparado con carne, verduras, piñones y pastel de arroz cocidos en salsa de soja, fue en los años 50 cuando una vendedora de Sindang-dong creó por accidente la versión moderna que hoy arrasa en TikTok, mercados y food trucks.

El tteokbokki encontró en los K‑dramas su mejor escaparate: cada escena donde aparece es un guiño a la amistad, al desahogo o al puro antojo de medianoche. En True Beauty, Han Seo-jun intenta contarle (sin mucho éxito) a Lim Ju-kyung lo que siente mientras comparten un plato después de una sesión de fotos. Es una escena que muchos fans recuerdan con ternura. También aparece en Let’s Eat, My Mister o Hospital Playlist, casi siempre como ese bocado que consuela, acompaña ¡y pica!

Jajangmyeon: El fideo negro que siempre tiene algo que decir

Imagen de actriz Nam Ji-hyun interpretando a Eun Bong-hee, comiendo jajangmyeon durante un interrogatorio. Escena de la serie coreana *«Socio Sospechoso», 2017. Producción de The Story Works para SBS.

Todavía no lo he probado, pero el antojo me persigue desde que lo vi en Socio Sospechoso. Esa mezcla oscura y brillante de salsa negra cubriendo los fideos, el sonido de la primera mezcla con palillos, y esa expresión de alivio en los personajes al dar el primer bocado… Es imposible no querer correr a probarlo después de esa escena.»

El jajangmyeon es uno de los platos más populares y asequibles en Corea. Nació de la fusión chino-coreana a principios del siglo XX, y su ingrediente estrella es el chunjang, una pasta de soja negra fermentada que le da ese sabor umami profundo y ligeramente dulce. Tradicionalmente se come en días como el «Black Day» (14 de abril), donde los solteros se reúnen a compartir fideos negros como símbolo de solidaridad sentimental.

En los K‑dramas, el jajangmyeon aparece en momentos cotidianos pero con un giro especial. En Wok of Love, por ejemplo, la serie gira en torno al sabor y la técnica: hay un concurso improvisado donde el protagonista lo prepara desde cero, con ese punto exacto de sabor potente que hace salivar desde la pantalla. La escena es tan inolvidable que muchos fans han confesado que se quedaron viendo el drama solo por las comidas. Ver esos fideos mezclados en la sartén, con la salsa oscura y brillante, es puro arte culinario. Y sí: te dan ganas de intentarlo de inmediato.

Samgyetang: El consomé que cura en cuerpo y alma

Los dramas de época son mi debilidad absoluta. Pasé años sin animarme a ver uno, hasta que caí… y ya no hubo vuelta atrás. Desde entonces, hay una escena que se repite con deliciosa insistencia: alguien entra a una pequeña taberna del pueblo, se sienta en una mesa tradicional baja, y le traen una ollita humeante con un pollo entero sumergido en caldo claro. Le sacan una pata con los palillos —o con las manos— y se lo comen con ese gusto tan coreano que parece una ceremonia. Cada persona recibe su propio pollito. Y aunque ya he probado muchos platos coreanos, creo que ese sigue siendo mi antojo más grande por probar.

Imagen de los actores Lee Byung-hun (Eugene Choi) y David Lee McInnis compartiendo un plato de samgyetang. Escena de la serie coreana «Mr. Sunshine», 2018. Producción de Hwa&Dam Pictures y Studio Dragon para tvN y Netflix.

El samgyetang (삼계탕), o sopa de pollo al ginseng, es considerado un platillo medicinal. Se prepara con un pollo joven entero, relleno de arroz glutinoso, ajo, dátiles y una raíz de ginseng, cocido a fuego lento hasta que el caldo queda limpio, intenso y reconfortante. En Corea se come tradicionalmente durante los días más calurosos del año (los sambok), para restaurar energías desde adentro, siguiendo la creencia de que el calor se combate con más calor.

En los K-dramas —especialmente los históricos— el samgyetang es símbolo de cuidado profundo. Lo cocina la abuela cuando alguien está débil, lo ofrecen los amigos tras una batalla, o lo sirve una posadera sabia a los viajeros que llegan con el cuerpo cansado y el corazón roto. En Mr. Sunshine, aparece servido muchas veces, en distintas situaciones, con esa belleza visual que da hambre y siempre, siempre, dan ganas de atravesar la pantalla y pedir uno.

Imagen promocional de Goblin. Fuente: tvN / Studio Dragon

Gimbap: El clásico coreano de los K-dramas (y los picnics)

Imagen de la actriz Park Eun-bin, protagonista de la serie «Woo, una abogada extraordinaria», sirviendo un plato de gimbap. Escena de la serie coreana «Extraordinary Attorney Woo», 2022. Producción de AStory, KT Studio Genie y Nangman Crew para ENA y Netflix.

De todos los platos coreanos, el gimbap (o kimbap, como lo conocen internacionalmente) es probablemente el más portátil, el más hogareño… Ya sea envuelto con cariño para un día de excursión, o entregado con timidez como muestra de cuidado, su presencia en los K-dramas siempre viene con un subtexto emocional.

A primera vista, se parece al sushi japonés, pero el gimbap tiene alma propia: arroz sazonado con aceite de sésamo, rellenos como zanahoria, espinaca, rábanos encurtidos, jamón, huevo o atún, y una hoja de alga que lo abraza todo. Es el almuerzo por excelencia, ideal para picnics, almuerzos escolares o un antojo exprés en el metro. En Corea, es común que las madres lo preparen temprano en la mañana como gesto de amor silencioso, y eso se refleja en muchísimas escenas de dramas.

En Woo, una abogada extraordinaria, el gimbap está presente en casi todos los episodios: su padre tiene una tienda especializada y ella lo come a diario. Para Woo Young-woo, este plato es más que comida: es estabilidad. Como persona dentro del espectro autista, le da tranquilidad poder ver todos los ingredientes dispuestos de forma ordenada, sin sorpresas ocultas. Ese control visual y sensorial convierte al gimbap en su refugio cotidiano, y es una de las formas más empáticas e inteligentes en que una serie ha retratado la relación entre comida y neurodivergencia.

El kimchi: El fermento que lo acompaña todo

Imagen de Gong Yoo y Yoon Eun-hye compartiendo arroz con kimchi. Escena de la serie coreana «Coffee Prince», 2007. Producción de MBC y Eight Peaks para Munhwa Broadcasting Corporation.

Si ya llegaste hasta aquí leyendo, probablemente eres de los míos. Y por eso sabes que ningún artículo sobre comida coreana estaría completo sin hablar del ingrediente estrella de casi todas las mesas, escenas y emociones: el kimchi. Aparece en toppers apilados dentro de neveras hogareñas, en mesas familiares de drama histórico y en desayunos apurados donde solo hay arroz y apio. No hay K-drama sin kimchi —aunque no siempre lo notemos.

En Coffee Prince, hay una escena que muchos fans recuerdan con humor: él cocina arroz frito con kimchi en su departamento para compartirlo con su joven empleado —que en realidad es ella, Yoon Eun-hye, aún pasando por chico a los ojos de su jefe. La noche es lluviosa, hay complicidad nueva, y una única sartén compartida en la mesa. Pero cuando llega la hora de comer, ella lo devora todo con un entusiasmo tan real que al pobre Gong Yoo apenas le queda un bocado. 

Y si hay un plato que eleva ese fermento cotidiano a nivel emocional, es el kimchi jjigae. Ese guiso humeante que no necesita verse bonito para oler a casa. En dramas como Reply 1988 o La Reina de las Lágrimas, lo vemos burbujear entre arroz, cerveza.  Puede que no sea mi favorito —lo admito— pero a mi mamá y a mi hermana les encanta. Y no es casual: cuando el kimchi aparece en escena, no importa si es estofado, tortilla o arroz frito… uno sabe que algo sabroso (y probablemente importante) está por venir.

Chimaek: La dupla crujiente que conquista noches y pantallas

Close-up de la actriz Jun Ji-hyun comiendo pollo frito (chimaek) en una escena de la serie coreana «My Love from the Star», 2013. Producción de HB Entertainment para SBS.

En Corea, pedir chimaek es casi un ritual: pollo frito crujiente por fuera, jugoso por dentro, acompañado de una cerveza helada y buena compañía. La palabra junta chikin (pollo) y maekju (cerveza), y aunque suena casual, representa uno de los placeres urbanos más celebrados por jóvenes y adultos.

Este combo se volvió internacionalmente famoso gracias a My Love from the Star, cuando Cheon Song-yi confiesa que no puede pasar el invierno sin pollo frito y cerveza. Desde entonces, muchas marcas coreanas vieron cómo aumentaban sus ventas después de que una escena de drama lo mostraba. El chimaek aparece en parques, techos de edificios o en la típica mesa de metal al aire libre, entre luces de neón y conversaciones que se estiran hasta tarde.

Más que un platillo, el chimaek acompaña escenas de cercanía relajada: amigos que se ríen después del trabajo, un padre que le lleva a su hija su comida favorita aunque no tenga mucho dinero, parejas que comparten algo sabroso y frío para cerrar el día. Siempre hay una excusa para pedirlo, y casi nunca sobra.

Samgyeopsal: La parrilla que se comparte

Escena familiar compartiendo samgyeopsal en un restaurante coreano. Imagen de la serie «La Reina de las Lágrimas», 2024. Producción de Studio Dragon y Culture Depot para tvN y Netflix.

La primera vez que fui a un restaurante de parrilla coreana estaba genuinamente nerviosa. Nos trajeron la carne cruda, una parrilla en medio de la mesa, y yo no tenía idea de qué hacer. ¿Cocino yo? ¿Me espero? ¿Y si la quemo? Hasta que vino la camarera, me dio las instrucciones a velocidad crucero y me entregó una tijera. No me sentí más segura, pero por lo menos empecé a divertirme.

Este plato, uno de los más populares en Corea, consiste en tiras gruesas de panceta de cerdo asadas directamente en la mesa, que luego se envuelven en hojas de lechuga con ajo, arroz, pasta de soja (ssamjang) y otros acompañamientos. Y aunque se ve muy internacional, en realidad encierra una dinámica social muy coreana: todos cocinan, todos comparten. Hay algo muy especial en pasarse bocados entre amigos o familia mientras el humo de la parrilla se queda en la ropa.

Aparece en mil y una series: Hospital Playlist, Because This Is My First Life, Weightlifting Fairy Kim Bok-joo… El samgyeopsal es casi un personaje recurrente. Sella pactos, afloja tensiones, y muchas veces es el escenario donde las relaciones empiezan a soltarse con confianza.

Ramen: El rey indiscutido de los antojos dramáticos


Escena de la serie «What’s Wrong with Secretary Kim?», donde Park Min-young enseña a Park Seo-joon a comer ramen. Serie coreana de 2018. Producción de Studio Dragon y Bon Factory Worldwide para tvN.

Y para el final dejamos a la mega estrella gastronómica de los K-dramas, causante de un vicio poco sano y de paseos detectivescos a todas las tiendas de productos coreanos: el ramen.

Con tantos dramas vistos y mucho ramen probado, ya tengo mis favoritos (bien picantes): el Shin Ramyun Black de carne y el Ottogi Jin Jjambbong de mariscos. Pero como lo mío es la fusión, si preparo uno de mariscos, le agrego un toque de cerdo —incomparable si es costillar—, y si es de carne, le echo camarones o incluso salmón. Siempre le pongo un huevo (infaltable), y mi mamá le suma queso. Ya sé que no es lo más nutritivo, pero tengo el vicio bajo control: si no está en mi cocina, no hay tentación.

El ramen entró en la cultura coreana con fuerza en los años 60 como comida rápida y barata, y desde entonces se volvió símbolo de juventud, desvelo y compañía. Pero en los dramas se transformó en otra cosa: ritual, código secreto, y muchas veces, excusa perfecta para una escena inolvidable.

What’s Wrong with Secretary Kim es prácticamente una guía dramática sobre cómo comer ramen. A lo largo de la serie, la secretaria Kim le enseña a su jefe a disfrutarlo: desde no quemarse los labios hasta descubrir que, con un poco de kimchi, se vuelve adictivo. Más adelante, cuando él le cuenta a su mejor amigo que comió ramen en casa de su secretaria, este le revela el famoso doble sentido: invitar a alguien a comer ramen puede ser una forma de decir “me gustas”, y no siempre es tan inocente como suena. Desde entonces, la frase “¿Quieres venir a casa a comer ramen?” se volvió meme, código y broma entre fans.

No hace falta una gran producción: un paquete, un huevo, algo de picante… y ya estás en escena. Tal vez no se vea como en la tele, pero hay pocos placeres más gratificantes para un fan de K-dramas que ver tu serie favorita mientras comes un buen plato de ramen.

Cuéntame, ¿qué comida coreana probaste por culpa de un drama? ¿Qué escena te hizo correr a buscar una receta o entrar a una tienda online a comprar ramen? Puedes dejarlo en los comentarios o compartirlo en nuestras redes —yo voy a estar ahí feliz de leerte.